lunes, 30 de agosto de 2010

Sanidad Interior III

Dios no creó a un millón de personas. Creó a dos. Adán y Eva. ¿Por qué? Porque Dios lo moldeó a Adán y le dio sentido de existencia. Le dijo para qué estaba en la tierra, le dijo cuál era el propósito para el cual tenía que estar, le dijo que tenía que señorear, que tenía que dominar.

Así como Dios se convirtió en el programador de Adán y Eva, así también ellos iban a ser los programadores de sus hijos. Estoy hablando de poner las pautas, para que no me malentienda. De la misma manera que Dios le dijo a Adán: señoread la tierra, sojuzgadla, lo influenció y a todo eso, lo hacía Adán. Vaya a saber por cuanto tiempo lo hizo. Cuando Adán iba creciendo, lo iba a decir a sus hijos y los hijos le iban a decir a sus hijos y cuando pasaran mil generaciones iban a estar haciendo lo que Dios le dijo a Adán. Porque fuimos programados para seguir un programa modelo.
Ahora; ¿Qué pasó? Adán siguió el modelo divino, pero ni siquiera se reprodujo en su primera generación. Porque Satanás, ¿Qué hizo? Lo tentó, y en Adán se rompió el modelo programado divinamente. ¿Y qué pasó? La segunda generación ya no recibió programación divina, sino que recibió programación de una naturaleza de pecado. Por eso es que ya en la segunda generación, entre los hermanos, se mataron entre ellos. ¿Por qué? Porque Caín y Abel ya no recibieron la programación que Dios quería darles.

Eso, se ha ido multiplicando hasta hoy. Y ahora quiero llegar más cerca suyo. Usted se resiste a ser moldeado a la imagen de Cristo, y yo también, ¿Por qué? Porque hemos sido programados por patrones que no han sido los patrones divinos. ¿Cuál han sido los patrones que han programado su vida? Patrones sociales, morales, culturales, medio ambiente, hábitos, comportamientos del mundo natural, y esa es la programación que usted ha tenido. Religiones han programado su vida; le han aferrado en un estado demasiado tierno.

El alma, es a donde está la voluntad, adonde está la mente, la imaginación, y vamos a llegar a algo que yo considero, es lo más importante si es que lo podemos entender; la mente, la imaginación y otras cosas más, pero por ahí estamos.

Así como el cuerpo tiene órganos, también el alma tiene órganos, y el espíritu tiene órganos. Son parte de nuestro ser. Entonces fíjese una cosa: Su alma, ¿Por qué se resiste a ser moldeada a la imagen de Cristo? Porque ha recibido patrones opuestos. Ahora yo quiero preguntarle: ¿Cuáles son esos patrones? ¿Cómo ha sido formada su alma? Por entrenamiento.

Usted ha sido entrenado. ¿Qué significa esto? En su vida, ha pasado gente que le ha entrenado para la vida. No estoy diciendo que le hayan entrenado para bien o para mal. No voy a calificar. Simplemente usemos el verbo: entrenar, que ha afectado su vida. Han pasado sus padres, han pasado maestros en la escuela, han pasado vecinos, amigos, venerables hermanos del culto, pastores y vaya uno a saber cuántos y quiénes.
Han pasado por su lado, y un sinnúmero (escuche bien esto) de personas han aportado su granito de arena para que su vida sea lo que hoy es. Usted no es lo que es por lo que es. Por el lado suyo, sus reacciones, sus actitudes, su forma de mirar, su forma de ser, su forma de mirar la familia, su forma de mirar el matrimonio, su forma de mirar la iglesia, su forma de mirar a Dios, su forma de mirar a los vecinos, su forma de mirar el deporte, su forma de mirar televisión, su forma de caminar, de hablar, de sentarse, su forma, ha tenido el aporte de cientos de personas. Por que el ser humano se construye con el otro

Su filosofía de vida, la manera en que se lava los dientes, la manera en que se peina, todo, todo. Porque para eso fuimos creados: para que otros formen nuestra vida. El principio de entrenamiento. ¿Qué pasó? Esas personas fueron acumulando conceptos e ideas que se asentaron de una manera inherente en nuestras vidas.

¿Qué significa esto? Que las personas han afectado tanto nuestras vidas, que ya actuamos por inercia. Yo ya no tengo que levantarme y ponerme a pesar cómo voy a reaccionar si viene alguien, ¡No y no! Es parte de mi ser, no lo tengo que pensar, no lo tengo que calcular. Yo, ya pienso así. ¿Y quién me hizo pensar así? Un principio de entrenamiento. Que lo puso Dios para bien, pero como estamos en una naturaleza de pecado, no hemos tenido lo más selecto a nuestro alrededor. Y esas personas, han afectado nuestra manera de ser.

Las personas que han pasado por nuestro lado, ya son parte nuestra. Porque ellos se formaron en nosotros. Usted toma el hábito de otra persona y se le pega, se le adhiere y esa persona ya está en usted. ¿Qué hubiese pasado si Adán hubiese oído todo lo que Dios decía? ¿Hubiese estado adónde? Adán hubiese sido como Dios. En su carácter. Por eso dice: a imagen y semejanza. ¿Qué hubiese pasado si Adán hubiese guardado las leyes de Dios? Adán hubiese estado reflejado en Abel y Caín. Por eso es que dice la Biblia: por cuanto Adán pecó, por uno, entró todo el pecado en nosotros. Por cuanto uno murió,(Cristo) fuimos todos salvos. El principio de entrenamiento. El principio de programación.

¿No le da cierta “cosa” el saber que dentro suyo andan acompañándolo por la vida un montón de personas? Es posible que ya ni siquiera estén más y que ni siquiera se acuerde quiénes son, pero pasaron por su vida y dejaron su marca. Personas que lo afectaron con sus miradas, personas que quizás lo afectaron en algo y que ni siquiera lo saben, pero lo afectaron. Eso es una realidad. Ojo: no estoy diciendo esto para justificar su forma de ser.

Es decir que globalmente yo soy lo que soy, porque hay personas que lo entrenaron para esto. Es
como quien agarra un equipo deportivo y durante una semana les habla a los jugadores, les hace dibujitos en una pizarra, los agarra uno por uno y les dice diez veces qué cosa tienen que hacer y qué cosas no tendrán que hacer. El domingo, cuando salen a la cancha a jugar el partido oficial usted lo ve y le hacen todo lo que les fue enseñado y del modo en que les fue enseñado. Principio de entrenamiento.

La segunda manera por lo que nosotros somos lo que somos, es un principio que vamos a llamar: un principio de herencia. Dios es un Dios de herencia.
Hay un principio de herencia. ¿Cómo funciona? Es un principio congénito, que se puede transferir por la vía genética. Esto se da también, a veces, en las enfermedades físicas. Por eso se lo preguntan. Yo le puedo asegurar que así como pasa en el ámbito físico, así también pasa en el ámbito espiritual.

¿Usted cree en la transferencia de espíritus? Más le vale que crea. Moisés, cuando oró por Josué, le transfirió su espíritu. Por eso se usa la imposición de manos. No digo siempre, pero muchas veces, así como se transfieren las enfermedades, hay espíritus. Yo hice una lista, acá, que nace un poco de la realidad más que de los libros: vicios, adulterios, lujuria; y muchas veces, aconsejando a la gente, y llevándolos a ver a sus antepasados, vamos a llegar a un momento en que vamos a encontrar que es posible esta realidad.

¿Pero sabe cuál es el problema? Que muchas personas, han aceptado eso. “Yo soy así” ¿Por qué dicen eso? Han aceptado eso. Han aceptado esa programación en su vida. Ah, pero siempre nos piden que oremos.

¿Usted sabe? Cuando yo no era cristiano, iba a los hechiceros. ¿Y sabe una cosa? Muchas veces me dijeron con exactitud lo que me pasaba. ¿A ver? ¿Qué es eso? ¡Diga! ¡Diga! Es muy fácil. Cuando hay espíritus transferidos de generación en generación, lo que está haciendo ese espíritu, es comunicarse con el espíritu del hechicero y transmitirle toda su vida.

¿Nunca se preguntó, o le preguntó a otros, u oyó a otros preguntárselo, “Por qué seré así?” Saúl lo hacía. ¿Por qué soy así? Pero cada día que pasaba, le gustaba más matar. Usted lee la Biblia. Saúl se arrepentía, iba y mataba a uno, lo quería matar a David, fracasaba y al rato estaba llorando: “¡No lo quiero matar a David!” Un día se puso a danzar. Se pasó todo un día alabando a Dios. David habrá pensado: “Bueno; este ya se convirtió, ahora no me va a querer matar más”. Al rato, dice la Biblia, ¡Más ganas de matarlo tenía, todavía! A veces vemos creyentes así: vienen a la iglesia, buscan a Dios, leen la Biblia, oran, ayunan, y hacer todo el mecanismo cristiano, pero nunca cambian, porque no se deciden a enfrentarse con sus conflictos interiores.

¿Por qué no se puede solucionar mi problema?, Se preguntan muchos. ¿Por qué? ¿Por qué no puedo despojarme de tal o cual flaqueza? Eso lo hace la palabra de Dios, y hasta allí todo va bien. El problema es qué palabra es la que necesito. El alma contraataca, con sus mecanismos de defensa cuando Dios trata con ella. Lo que se va contento de una reunión es su espíritu, que ha sido alimentado por la palabra de Dios. Su alma no. Su alma le agarra al otro día, cuando ya no hay música ni hermanitos cerca, y le dice: bueno, ahora vamos a negociar el mensaje de anoche de acuerdo a como soy yo. Y ahí empieza la discusión.

La conclusión para dejar, es que Dios no quiere que usted ande por allí echándole la culpa a nadie. Ahora no me venga con. “Ah, yo soy así, entonces, como producto del principio de entrenamiento”. O “Yo soy así producto del principio de herencia o de transferencia de espíritu”. Todo lo que he dicho ha sido, simplemente, para hacerle ver una realidad, pero usted y yo somos responsables de que nuestras vidas experimenten un cambio.

(Hebreos 4: 12)= Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de
dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

No sé si ha prestado atención a que no dice que la palabra de Dios ESTÁ viva, dice que ES viva. Simple. Porque todo lo que está vivo, se muere, en tanto que lo que es vivo, sigue viviendo. Principio de eternidad, un jeroglífico egipcio si lo queremos analizar. La palabra PARTIR, aquí, es la palabra MERISMOS, y significa SEPARAR. Es como quien agarra el motor de un auto y lo desarma parte por parte. No quiere decir que lo va a tirar todo, quiere decir que lo va a separar pieza por pieza para ver adonde está el problema. Y la Biblia dice que la palabra de Dios es un MERISMO, un bisturí, es una herramienta de incisión, que separa lo que es del cuerpo, lo que es del alma y lo que es del espíritu. A esto lo produce la palabra haciéndole entender quién es y cómo es. Es el único modo de ilustrarle sobre cómo quiere Dios que sea.

Cuando acepta a Cristo, su espíritu pasa a ser santo. El problema es que desde allí en adelante, Dios va a tener que tratar muy seriamente con su alma. Al alma le gusta la independencia, por eso busca religiones que no le digan que hay que vivir en santidad. La religión de “créasela que usted es mucho”, le encanta. Por eso proliferan tanto las doctrinas orientales que tienen una filosofía llamada YOÍSMO. “Tú puedes; tu mente puede dominarlo todo”. A pedir de boca del alma. ¿Puede ahora entender algunas cosas que hasta aquí le parecían incomprensibles?
(Proverbios 20: 27)= Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, la cual escudriña lo más profundo del corazón.

Quiero recordarle que corazón, en el hebreo, es sinónimo de alma. Y también creo necesario recordarle que, Escudriñar, llevado al idioma cotidiano, es lo más aproximado a investigar. Todos nosotros aprobamos que un doctor en teología se pase las horas buscando cinco patas a un gato que tiene cuatro, pero al mismo tiempo, rechazamos la idea de que a eso tengamos que hacerlo todos los creyentes. ¡¡Es que hay que estudiar para hacer eso con seriedad, hermano!! Ah, no sé. La Biblia manda que escudriñemos las escrituras, y no dice nada de cultos o analfabetos.


Sanidad Interior II


Sanidad Interior no apunta al olvido de los sucesos conflictivos o traumáticos, pero sí a la sanidad de todos los sentimientos que los mismos produjeron en nosotros. Es como una cicatriz: la miramos, recordamos cuándo y cómo nos lastimamos, pero ya no duele .Indudablemente que existen diferencias en cuanto a cómo implementar esta tarea pero en general los medios utilizados y las metas, son similares.

A continuación se indican algunas de las cuestiones que se consideran en las diferentes áreas.
Otra cosa importante: un mismo síntoma puede tener distintos orígenes. La meta es que la persona pueda saber el origen del mismo y comprender: si repite alguna situación familiar o generacional, si debe pedir perdón, si debe perdonar, si se debe a alguna situación traumática olvidada (infantil o no) que debe ser entregada en la Cruz, etc.

1. Área del cuerpo: enfermedades a repetición, a veces sin causas aparentes; problemas en los huesos; dificultades sexuales; masturbación compulsiva; adicción a la pornografía; adicciones varias; etc.

2. Área de la mente: recuerdos perturbadores [puede ser una situación traumática]; vivencias traumáticas olvidadas; depresiones, ideas de muerte o suicidio; rechazo o dudas sobre la identidad sexual; sentimientos de culpa ante Dios; dudas permanentes; celos, envidia; temores, etc.

3. Área de las relaciones interpersonales: incapacidad de lograr amistades duraderas o aún hacerse de amigos; relaciones de violencia; dependencia de los amigos o de otras personas; temor de hablar ante una persona que represente autoridad; miedo o rechazo al casamiento, etc.

4. Área generacional: repetición (generalmente inconsciente) de situaciones conflictivas vividas por los padres u otros familiares significativos; pecados generacionales; enfermedades generacionales (Ej. abortos repetidos o muertes a edades similares); etc.

5. Área espiritual: pactos familiares satánicos; contacto o prácticas ocultistas; consagraciones a santos o personas; percepción de presencias espirituales de maldad; etc.

6. Situaciones traumáticas: pérdidas importantes no elaboradas; accidentes; desastres naturales; etc.

Podría seguir anotando situaciones a considerar y no estarían presentes todos los conflictos. Podría escribir muchas hojas, pero creo que lo anterior basta. Sólo quiero estimular a que pueden sentirse identificados con lo expuesto a que busquen ayuda, que nada es imposible para nuestro Señor y que El abre puertas donde no existen. Que El nos ama y por eso desea vernos libres de manera que el Fruto del Espíritu sea pleno en nosotros, recordando que uno de sus aspectos es el GOZO.

Hay una naturaleza dentro suyo que no le gusta para nada esto que le estoy diciendo. Pero hay otra naturaleza, también en su interior, que le está diciendo que eso es cierto. Hay un conflicto dentro suyo. El conflicto tiene un protagonista principal: su alma.

Dios nos diseñó, cuando nos creó, espíritu, alma y cuerpo. Esto somos nosotros. Un espíritu, que tiene un alma y habita un cuerpo. No soy un cuerpo ni soy un alma, soy un espíritu. Igual que Dios. Dios es espíritu. Yo estoy hecho a imagen y semejanza de Dios. Yo soy un espíritu, Dios me dio un alma y habito en una caja descartable llamada cuerpo.

¿Qué significa esto? Que aunque este cuerpo se vaya, no importa; yo no soy este cuerpo. Soy un espíritu. Soy de la misma naturaleza de Dios. ¡Ojo! No dije como Dios, eso es Nueva Era; dije de la misma naturaleza. Él lo dice. Cuando Dios creó a Adán, lo creó un espíritu. Le dio un alma y le dio un cuerpo. Por eso es que aparecen tres naturalezas en la creación del hombre.

(Génesis 2: 7)= Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, (¿Qué formó aquí? El cuerpo) y sopló en su nariz aliento de vida, (Esta palabra, ALIENTO, equivale a espíritu en este texto. Por eso cuando la palabra de Dios habla del Espíritu de Dios, en realidad habla del aire de Dios. Por eso cuando el Espíritu Santo vino en Pentecostés, hubo un sonido bárbaro como el de un viento fuerte. Le dio un cuerpo, dice. La palabra CUERPO, en la Biblia, es la palabra SOMA. Y la palabra ALMA, en la Biblia, es una palabrita que a muchos creyentes no les gusta decir, pero que está allí: No se escribe así, pero se pronuncia: PSIQUIS. Y fue el hombre un ser viviente.
Hablemos de Adán. Dios lo creó a Adán. Como Adán no tuvo a nadie antes que él, estaba solo.

Dios mismo se encargó de formar el alma de Adán. ¿Cómo formó el alma de Adán? Voy a usar una palabra que a lo mejor a usted no le gusta, pero no encuentro otra: lo programó.
Somos creados para ser programados. Somos programables. Dios lo agarró a Adán y le dijo: ahora te voy a explicar para qué estás aquí. Primero vas a hacer esto, después lo otro, ponle nombres a estos bichos. O sea: tenía inteligencia en un grado de ciento por ciento. Adán era igual a Cristo. Había sido programado para vivir en santidad. Vas a habitar en el huerto, y lo vas a guardar, y vas, y vas, y vas. Lo programó.

A lo mejor este término, a usted, le suena muy mecánico, pero olvídese de lo mecánico, porque una computadora, cuando usted la programa, es un reflejo de lo que Dios ha hecho con el hombre. A menor escala, a menor todo, pero es así. Dios creó al hombre, pero el hombre no fue e hizo todo lo que tenía que hacer. No estaba auto programado. No era cuestión de tocar un botoncito, Dios lo ministró, y si no le gusta la palabra “programó”, lo enseñó, pero le dio un programa muy claro de todo lo que tenía que hacer. Bueno; eso, es lo que nosotros llamamos VOLUNTAD.

Sanidad Interior


Si estamos dispuestos a ser sinceros con nosotros mismos, nos enfrentamos con hijos de Dios frustrados, doloridos, angustiados, que han sido abusados, llenos de incertidumbres y temores, sintiéndose fracasados, a veces incapaces de pedir ayuda o no confiando en hacerlo, con ideas o recuerdos obsesivos que parecen venir como flechas a clavarse en su mente, con dudas sobre su identidad sexual y … y tanto más!!! ¡Cuántos sintiendo que repiten situaciones insatisfactorias una y otra vez, luchan, pero el ciclo se repite y a veces no tienen ganas de intentarlo más.... Y muchos, muchos, poniéndose la máscara “Estoy bien, en victoria” porque son “creyentes” y se espera que se sientan así: “Alegres”, “victoriosos”... pero dentro hay un corazón herido que no se sabe cómo sanar. Y ¿cómo buscar la sanidad si ello puede ser definido por otros hermanos (y a veces por ellos mismos) como: falta de fe en Cristo , no orar lo suficiente, no haber tomado la mente de Cristo, no amarle, no esto, no aquello?

"los cristianos que sufren desajustes emocionales reciben muchos consejos; algunos son inútiles y otros que tan sólo contribuyen a mejorar unos pocos aspectos del desorden psicológico que padecen. A veces reciben expresiones de simpatía y aliento y otras veces reciben críticas y exhortaciones a ser honestos consigo mismos y tener más fe en el Señor. Unas veces son tratados con indulgencia y otras veces son reprobados. Algunos amigos los estimulan a leer la Biblia, orar y tener comunión con Dios. Todas esas cosas pueden dar un alivio temporal o parcial a los síntomas pero son insuficientes para curar la enfermedad. Si se quiere lograr un restablecimiento total es necesario remover la causa de los síntomas".

Y de eso se trata Sanidad Interior. Buscar con la guía del Espíritu Santo el origen de la o las situaciones diversas que están provocando estos síntomas. Esa es la base, aunque no se descarta cualquier otra herramienta que podamos incorporar, que Él guiará a usar como quiera y cuando quiera. Hacer Sanidad Interior puede ser un comienzo de un futuro tratamiento psicológico con un terapeuta calificado. O no.

Sanidad Interior puede utilizar elementos de Psicología pero no es psicoterapia

Considero que siempre se debe confirmar que la persona haya tenido un verdadero encuentro con Cristo, ya que si El no está presente, capitaneando la tarea, ésta pierde el rumbo. Y si bien se realiza también con inconversos, siempre la primer tarea es presentar al Señor

. Sanidad Interior no es una nueva doctrina, es una herramienta que

El Amado nos permite usar hoy y que vemos es eficaz.

Nuestro Padre sabe hasta donde podemos tolerar enfrentar nuestros dolores y miserias y en su misericordia e infinita sabiduría, nos permite realizar un proceso que, al igual que un espiral, puede tener infinitas vueltas. Las que cada uno de nosotros necesite.

Arline de Westmeier dice:

“También descubrí que Dios sana en diferentes niveles. Primero, Él sana todo lo que la persona puede abrirle a Él, iniciando un proceso de restauración en esta nueva área de su vida. Luego Dios le muestra en un nuevo nivel lo que debe ser traído a Él. Nuevas etapas de la vida, tales como el noviazgo, el matrimonio, el ser padre o madre, etc. traen sus propias necesidades de sanidad. Este proceso puede durar semanas, aún meses o años”.

Sanidad Interior es un proceso que puede ser breve, pero también requerir de bastante tiempo. En cierto modo, porque estamos en el mundo aunque no seamos del mundo, podemos realizarlo durante toda nuestra vida.

¿Por qué mirar hacia atrás, hacia el pasado? ¿Por qué tener que enfrentar cuestiones no resueltas aún con personas que pueden haber muerto?¿Por qué no olvidar?.Porque el dolor sigue presente, porque los sentimientos pueden estar reprimidos, inconscientes, pero siempre activos, influyendo, dirigiendo nuestro accionar. Sanidad Interior es un medio para dar la vuelta y enfrentar el pasado (que puede ser de ayer), y quitar el lastre que frena nuestra vida. Y poder perdonar, y perdonarnos. Quedar libres.

Sanidad Interior no es un medio para olvidar, al contrario. A veces es el medio que Dios usa para poder recordar, porque, ¿cómo perdonar si en verdad no enfrentamos los sentimientos de dolor, bronca, odio y otros semejantes?; ¿cómo entregar en la Cruz aquello de lo cual no tenemos conciencia?

Sanidad Interior no apunta al olvido de los sucesos conflictivos o traumáticos, pero sí a la sanidad de todos los sentimientos que los mismos produjeron en nosotros. Es como una cicatriz: la miramos, recordamos cuándo y cómo nos lastimamos, pero ya no duele .Indudablemente que existen diferencias en cuanto a cómo implementar esta tarea pero en general los medios utilizados y las metas, son similares.